Ayer finalizó el acuerdo comercial que durante ocho años permitió importar vehículos brasileños sin pagar aranceles. El ACE 72 se cerró sin prórroga, y con él se abre una nueva etapa para el sector automotor colombiano: más competitiva, más diversa y, sí, con ajustes que ya se están sintiendo. Pero no todo son curvas cerradas: también hay oportunidades para acelerar en dirección al ensamblaje local.
¿Qué cambia a partir de hoy?
Desde este martes, los vehículos que lleguen desde Brasil enfrentarán un arancel del 16,1%, que podría subir hasta el 35% si no cumplen con requisitos de integración local. Esto impacta directamente modelos como el Corolla Cross, Tracker, T-Cross y Oroch, entre otras referencias provenientes de este país, que hasta ayer llegaban con ventaja.
Las marcas lo sabían. Algunas se adelantaron y trajeron unidades antes del cierre del acuerdo. Otras están revisando sus rutas de producción. Lo cierto es que el mercado se está moviendo, y rápido.
¿Quién entra al juego?
Con Brasil fuera del carril preferencial, otros países aceleran:
China, sin TLC pero con precios agresivos y una apuesta fuerte por lo eléctrico, sigue ganando terreno con marcas como BYD, MG y Changan.
México, con su TLC vigente, se posiciona como el principal beneficiado. Modelos como el Nissan Versa, Mazda CX-30 y Kia Seltos ya están bien posicionados.
Corea del Sur y la Unión Europea también tienen acuerdos vigentes, aunque con menor volumen.
¿Y el ensamblaje local?
Aquí es donde el panorama se vuelve interesante. El nuevo esquema arancelario premia la participación en procesos de ensamblaje nacional. Si un vehículo cumple con al menos un 60% de integración local, puede evitar los aranceles más altos. Esto abre la puerta a:
- Inversión en plantas locales, que generen empleo y transferencia tecnológica.
- Alianzas entre marcas y proveedores colombianos, fortaleciendo la cadena de valor.
- Mayor control sobre estándares de calidad y sostenibilidad, alineados con las metas ambientales del país.
En lugar de depender exclusivamente de acuerdos bilaterales, Colombia puede ser un punto estratégico de fabricación para marcas que buscan eficiencia y cercanía con el mercado, adaptado a las nuevas demandas de movilidad.
